EUROPA
PRESS
25 noviembre
2019
El
beneficio para la salud del omega-3 depende de las células madre
Investigadores de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, han descubierto que
el pequeño y extraño apéndice celular llamada cilio primario, relacionado con
la obesidad y la resistencia a la insulina cuando no funciona bien, detecta los
ácidos grasos omega-3 en la dieta, y que esta señal afecta directamente a cómo
las células madre del tejido graso se dividen y se convierten en células
grasas.
El hallazgo, publicado en la revista 'Cell',
representa el eslabón perdido entre dos mundos: el de la ciencia de la dieta y
el de la biología molecular y celular. Los estudios dietéticos han encontrado
durante mucho tiempo que el consumo de omega-3, ácidos grasos esenciales
comunes en el pescado y las nueces, se asocia con un menor riesgo de
enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, artritis e incluso depresión.
Los investigadores del laboratorio del autor principal,
Peter Jackson, profesor de Microbiología e Inmunología y de Patología, no
estaban buscando omega-3 cuando comenzaron su investigación. Solo buscaban la
molécula de señalización que las células madre grasas detectaban.
La molécula podría haber sido cualquier cosa: las vías de
señalización en biología celular a menudo involucran moléculas desconocidas de
las que pocas personas han oído hablar. Solo sabían que en enfermedades raras
que involucran un defecto en el cilio primario, las personas siempre tienen
hambre, no pueden dejar de comer y se vuelven obesas y resistentes a la
insulina. Entonces se sorprendieron cuando la señal resultó ser ácidos grasos
omega-3.
"Cuando vimos que la célula estaba respondiendo a los
ácidos grasos omega-3, nos dimos cuenta de que esto había cambiado de una
historia de biología molecular a una historia que mostraba la biología
molecular de cómo la dieta controla las células madre", admite Jackson.
Las células perciben la presencia de ácidos grasos omega-3 a
través de un pequeño apéndice similar al cabello llamado cilio primario, una
estructura antigua derivada de los muchos flagelos que las células de algas
utilizaron por primera vez hace casi mil millones de años para moverse a través
de los océanos y sentir su alrededores.
Con el tiempo, a medida que los organismos unicelulares
evolucionaron en criaturas multicelulares que nadaron primero en los océanos y
luego se arrastraron hacia la tierra, las células abandonaron la mayoría de sus
flagelos.
Pero la mayoría de las células conservaron un solo flagelo,
el cilio primario, para usarlo como antena altamente sensible que puede captar
señales extremadamente sutiles sobre el mundo fuera de la célula, ayudando a
regular la función y el destino de la célula.
Jackson y sus colegas descubrieron que cuando los ácidos
grasos omega-3 se unen a un receptor llamado FFAR4 en los cilios de las células
madre grasas, las células madre grasas se dividen, lo que lleva a la creación
de más células grasas.
Esto proporciona al cuerpo más células grasas con las que almacenar
energía, algo que es más saludable que almacenar demasiada grasa en las células
grasas existentes.
"Una célula de grasa grande no es una célula de grasa
saludable, precisa Jackson. El centro está más lejos del suministro de oxígeno,
envía malas señales y puede explotar y liberar contenidos tóxicos". Las
grandes células grasas están asociadas con resistencia a la insulina, la
diabetes y la inflamación, agrega.
Además, los investigadores encontraron que la presencia de
grasas saturadas o el bloqueo de la señalización ciliar del receptor FFAR4 no conduce a un aumento en la creación de nuevas células grasas
a partir de células madre, sino a la adición de grasa a las células existentes.
"En lugar de ver cómo la dieta se correlaciona con la
salud, pasamos de molécula a receptor a célula para documentar por qué las
'grasas saludables' son beneficiosas y las 'grasas no saludables' contribuyen a
la enfermedad, señala Hilgendorf. Hemos proporcionado
un mecanismo que explica por qué los ácidos grasos omega-3 son críticos para
mantener un equilibrio saludable de grasas y las grasas saturadas deberían ser
limitadas".
La investigación también puede cambiar la comprensión
científica de cómo el cuerpo maneja el almacenamiento de grasa en una persona
sana. "Los investigadores a menudo hablan sobre el movimiento de la grasa
dentro y fuera de las células, pero lo que estamos mostrando es la importancia
de la actividad de las células madre en la creación de nuevas células grasas
como fundamentales para el manejo de la energía del cuerpo", concluye Carl
Johnson, estudiante graduado en el programa de biología de células madre y
medicina regenerativa y coautor del artículo.